El impacto de la aspirina en la salud de las personas mayores ha sido un tema de debate en los últimos años. A medida que ibuprofeno y paracetamol se han vuelto más populares, la presencia de la aspirina en los botiquines ha disminuido. Sin embargo, aún hay personas mayores que siguen confiando en este medicamento y para quienes tiene una importancia especial debido a su riesgo de problemas cardiacos.
Durante décadas, la aspirina ha sido utilizada por pacientes con enfermedad de las arterias coronarias como medida preventiva para reducir el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares isquémicos. Sin embargo, algunos expertos han planteado dudas sobre los beneficios de la aspirina como prevención en personas que NO han tenido problemas cardiacos.
Recientemente, un estudio realizado por la Universidad de Monash en Australia (Low-dose aspirin may increase anaemia risk in healthy older adults) reveló un hallazgo preocupante. Según esta investigación, el uso prolongado de aspirina en personas mayores de 70 años aumenta el riesgo de desarrollar anemia en un 20% (65 años en el caso de afrodescendientes e hispanos). Los investigadores sugieren que los pacientes mayores que toman dosis bajas de aspirina deben someterse a un control regular de la anemia.
El estudio se realizó con más de 18.000 adultos mayores en Australia y Estados Unidos, quienes fueron seguidos durante un promedio de 4,7 años. Los resultados mostraron que el grupo que tomaba aspirina tenía un riesgo un 20% mayor de desarrollar anemia en comparación con el grupo que tomaba placebo. La anemia puede afectar la función general del organismo y causar fatiga, discapacidades, síntomas depresivos y problemas cognitivos.
Además del mayor riesgo de anemia, los análisis de sangre revelaron que el grupo que tomaba aspirina experimentó una disminución más rápida de la hemoglobina y niveles reducidos de ferritina, una proteína que transporta el hierro, en comparación con el grupo que tomaba placebo.
Este estudio es uno de los pocos que ha examinado el impacto del uso prolongado de aspirina en el desarrollo gradual de anemia en personas mayores. Los resultados proporcionan una visión más precisa del riesgo adicional de volverse anémico debido al uso de aspirina, especialmente en adultos mayores con enfermedades subyacentes como enfermedad renal.
Aunque la aspirina ha sido considerada durante mucho tiempo como un medicamento preventivo para problemas cardiacos, es importante tener en cuenta los posibles efectos adversos. Además, se han realizado estudios que no han demostrado una reducción significativa en la mortalidad general o en eventos cardiovasculares importantes con el uso de aspirina en la prevención primaria. Esto ha llevado a algunos expertos a recomendar una evaluación individualizada de los riesgos y beneficios antes de iniciar la terapia con aspirina en personas sin antecedentes de eventos cardiovasculares.
Es fundamental que los pacientes mayores que toman aspirina estén bajo supervisión médica y se realicen controles regulares para detectar y tratar cualquier problema relacionado con la anemia. La decisión de usar aspirina se debe tomar en consulta con un profesional de la salud, considerando los riesgos y beneficios específicos para cada individuo.
La investigación de hoy es la terapia del futuro.