¿Qué relación hay en la violencia entre sociedades y culturas diferentes y la violencia de género? ¿Es la violencia una característica innata de los seres humanos o es el resultado de las condiciones sociales e históricas? Estas son algunas de las preguntas que me planteo al estudiar este tema complejo y relevante.
La violencia entre sociedades y culturas diferentes se refiere a los conflictos, agresiones y guerras que se producen entre grupos humanos que tienen distintas formas de organización, creencias, valores, costumbres, etc. Esta violencia puede tener diversas causas, como la competencia por los recursos, el poder, la ideología, la religión, el territorio, etc. Esta violencia puede afectar a las personas de ambos sexos, pero también puede tener un componente de género, es decir, que se dirija específicamente contra las mujeres por el hecho de ser mujeres.
La violencia de género se define como toda forma de violencia que se ejerce contra las mujeres por su condición de mujeres. Esta violencia puede darse en el ámbito familiar, conyugal, laboral, educativo, etc. La violencia de género se basa en la desigualdad y la discriminación que sufren las mujeres en muchas sociedades y culturas, donde se les asignan roles y estereotipos que limitan su libertad, autonomía y derechos.
La violencia entre sociedades y culturas diferentes y la violencia de género tienen algunos puntos en común, como:
– Ambas son formas de violación de los derechos humanos y de la dignidad de las personas.
– Ambas tienen consecuencias negativas para la salud física, mental y social de las víctimas y de sus familias.
– Ambas pueden generar ciclos de violencia que se perpetúan y transmiten a las generaciones futuras.
– Ambas pueden prevenirse y erradicarse con medidas políticas, legales, educativas y culturales que promuevan el respeto, la tolerancia, la diversidad y la igualdad.
Sin embargo, también hay algunas diferencias entre estas dos formas de violencia, como:
– La violencia entre sociedades y culturas diferentes suele estar relacionada con factores externos a las personas, como los intereses económicos, políticos o religiosos. La violencia de género suele estar relacionada con factores internos a las personas, como las creencias, actitudes o emociones.
– La violencia entre sociedades y culturas diferentes suele tener una mayor visibilidad pública y mediática. La violencia de género suele ser más invisible y silenciada.
– La violencia entre sociedades y culturas diferentes suele tener una mayor intervención internacional y humanitaria. La violencia de género suele quedar relegada al ámbito privado o doméstico.
¿Qué tiene que ver la evolución humana con estas formas de violencia? Algunas teorías evolutivas han intentado explicar la violencia como una adaptación biológica o genética de los seres humanos para sobrevivir y reproducirse. Sin embargo, estas teorías son muy cuestionadas por la evidencia científica y por las implicaciones éticas que conllevan. La evolución humana no es solo biológica, también es cultural e histórica. Los seres humanos no somos solo producto de nuestros genes, sino de nuestro entorno y nuestra cultura. La cultura es un factor clave para entender la diversidad humana y también para comprender las causas y las soluciones de la violencia.
La cultura es el conjunto de conocimientos, valores, normas, símbolos e instituciones que comparten los miembros de una sociedad o grupo humano. Es dinámica y cambiante. Es fuente de riqueza y creatividad, pero también de conflicto y violencia. La cultura puede legitimar o reproducir la violencia entre sociedades y culturas diferentes o la violencia de género. También transformar o prevenir estas formas de violencia.
La violencia entre sociedades y culturas diferentes y la violencia de género son fenómenos sociales que no tienen nada que ver con la evolución humana. La violencia no es natural ni inevitable. Es, así lo creo, una construcción social que se puede cambiar con el compromiso de tod@s, respetando los derechos humanos y promoviendo la paz y la igualdad.
Además, hay que tener en cuenta que la violencia de género no solo implica la limitación de los derechos de las mujeres, sino también el atentado contra sus vidas. Es una forma de terrorismo que mata a miles de mujeres cada año en el mundo. No es un problema privado, sino público y social, que requiere la intervención de todos los agentes y la movilización de toda la ciudadanía.
Asimismo, la violencia contra las mujeres no forma parte de la cultura, sino del patriarcado. Ese sistema social que establece el predominio y el poder de los hombres sobre las mujeres, basándose en la idea de que las mujeres son inferiores y dependientes de los hombres. Es el origen y el sustento de la violencia de género, que se expresa en todas las esferas de la vida. Es una construcción histórica que se puede desmontar y transformar con la conciencia crítica y la acción colectiva.
Por último, quiero expresar que la violencia y el desprecio por los vulnerables (Personas Mayores, con Discapacidad, sin Hogar, Migrantes, Refugiados, Niños, Minorías, Pobreza, con Enfermedades crónicas, …) son otras formas de violencia social que se basa en la exclusión y la marginación a quienes se consideran débiles o inútiles. Esta violencia se manifiesta en actitudes como la indiferencia, el rechazo, el abuso o el maltrato hacia estas personas, que sufren una doble discriminación por su condición social y personal. Esta violencia también tiene un origen cultural, que se relaciona con el individualismo, el materialismo y el utilitarismo que imperan en muchas sociedades actuales. Estos valores fomentan una visión del ser humano como un objeto que se valora por lo que tiene o lo que produce, y no por lo que es o lo que aporta. Esta visión deshumaniza a las personas y las convierte en prescindibles o desechables cuando no cumplen con los estándares establecidos. Esta violencia también se puede cambiar con una cultura más solidaria, inclusiva y respetuosa con la diversidad humana.
Nullius in verba