¿Sabías que en nuestro cuerpo hay tantas bacterias como células propias? ¡Sí, tienes una multitud de pequeños inquilinos viviendo contigo! Y no solo bacterias, también arqueas, virus y hongos.Están en todas partes, desde la piel hasta esas partes que conectan con el exterior, como el intestino y la boca. A este grupo de diminutos habitantes los llamamos microbiota autóctona. Son esos amigos que siempre están ahí, trabajando duro para mantenernos saludables. Nos protegen de las malas compañías, refuerzan nuestro sistema inmunitario y hasta nos echan una mano en la digestión para sacar todas las vitaminas y nutrientes importantes. Resumiendo, son los MVPs (jugadores más valiosos) de nuestra salud. Una parte esencial de las funciones necesarias para nuestra vida es llevada a cabo por la microbiota.
Aunque sabemos de su existencia y función desde hace más de cien años, últimamente ha habido un verdadero auge en la investigación sobre estos bichos y cómo influyen en nuestra salud. Gracias a estudios como el Proyecto Microbioma Humano en Estados Unidos y el proyecto MetaHIT en Europa, ahora entendemos que somos una sociedad súper diversa de humanos y microorganismos. Resulta que muchas enfermedades aparecen cuando no estamos en sintonía con estos “pequeñines”. Este descubrimiento ha abierto la puerta a entender cómo trabajar en conjunto con ellos para prevenir y tratar problemas de salud. ¡Es un superpoder en el mundo de la medicina!
Hablemos de comida, que es el combustible para esta fiesta microscópica. Imagina que les das un hogar cómodo y comida a los microbios en tu intestino, y ellos, a cambio, trabajan incansablemente para cuidarte y mantenerte en plena forma. La dieta es el menú de este equipo invisible, y su equilibrio influye en cómo trabajan.
Por cierto, ¿sabías que la forma en que nacemos también marca la diferencia en nuestra microbiota? Si vienes al mundo por la puerta delantera y tomas leche materna, tus “compis invisibles” tienen más posibilidades de ser resistentes y listos para luchar contra enfermedades. El parto vaginal proporciona la primera población de microorganismos. La leche materna contiene ingredientes que adoran ciertas bacterias buenas, como las bifidobacterias. ¡Y eso no es todo! Las bacterias buenas del intestino de la mamá pueden pasar por la leche y ayudarte a mantener la salud. Por eso, los bebés alimentados con leche materna suelen enfrentar menos problemas, como infecciones, alergias. o dolores de barriga.
Ah, y cuando creces y cambias a la “comida de mayores”, tus amigos invisibles también se adaptan. Con la llegada de verduras, frutas, carne y pescado, la comunidad de bacterias en tu barriga se renueva. Estás haciendo un cambio de personal en tu equipo invisible. Conforme creces, tu gusto se adapta a nuevos sabores y texturas, y las bacterias también cambian para ayudarte a procesar todo.
¡Espera, aún hay más! La historia de la dieta y la microbiota sigue durante toda la vida. Si consumes muchas fibras y alimentos fermentados, tus amigos invisibles estarán felices y te devolverán el favor manteniéndote en forma. También puedes darles una manita con probióticos y prebióticos, que son como vitaminas especiales para tus bichos.
Los científicos incluso han encontrado formas de ayudar a personas con problemas en su microbiota. ¿Sabes qué han hecho? ¡Trasplantes de heces! Suena extraño, pero es real. Cuando alguien tiene un desequilibrio en su equipo de microbios, pueden recibir un poco de ayuda en forma de heces de alguien con una microbiota más equilibrada. Esto puede ayudar a restablecer el equilibrio y mantener lejos los problemas.
Nuestra microbiota es ese amigo fiable que siempre está allí, incluso si no lo vemos. Juega un papel fundamental en mantenernos saludables y llenos de energía. Aunque a veces no le demos mucha atención, lo que comemos y cómo vivimos puede marcar una gran diferencia en cómo se siente nuestro equipo invisible. Mantenerlos contentos y en forma es una receta para una vida llena de vitalidad y bienestar. ¡Nuestra vida sin ellos es imposible!
Nullius in verba
[…] temprana tendrá implicaciones para el sistema inmunitario, metabólico y digestivo del bebé. La microbiota, esa comunidad invisible pero poderosa de microorganismos en nuestros cuerpos, es esencial para el funcionamiento óptimo de estos sistemas. La diversidad […]