En el número del 16 de agosto de 2023 de la revista Nature, se publicó un artículo que arroja luz sobre un descubrimiento intrigante en el campo de la neurociencia. El estudio se centra en una proteína denominada Factor Plaquetario 4 (PF4) y su potencial capacidad para mejorar las funciones cognitivas en ratones envejecidos, específicamente el aprendizaje y la memoria. PF4, inicialmente identificada por su participación en procesos de cicatrización de heridas, ha demostrado, según los resultados de la investigación, la capacidad de rejuvenecer el tejido cerebral en ratones de avanzada edad. Ello abre la posibilidad de investigar su aplicabilidad en el tratamiento de trastornos cognitivos relacionados con el envejecimiento, como la enfermedad de Alzheimer.
Este reciente estudio se sitúa en el contexto de investigaciones previas que revelaron la sorprendente capacidad de la sangre de ratones jóvenes para revitalizar propiedades juveniles en ratones mayores. El autor principal de este trabajo, Saul Villeda, neurocientífico de la Universidad de California en San Francisco, y su equipo, han estado comprometidos en identificar los componentes sanguíneos responsables de este fenómeno de rejuvenecimiento.
La posibilidad de que PF4 desempeñe un papel clave en este proceso emergió de distintas líneas de evidencia. Uno de los factores destacados fue la observación de que los ratones jóvenes presentaban niveles significativamente más elevados de PF4 en comparación con sus contrapartes de mayor edad. A raíz de esta premisa, se procedió a la administración directa de PF4 a ratones envejecidos, excluyendo otros componentes sanguíneos. Los resultados revelaron cambios en la proporción de diversos tipos de células inmunológicas, aproximándose a los perfiles característicos de ratones más jóvenes. Adicionalmente, se observó una reprogramación de la expresión génica en algunas células inmunológicas, indicando un retorno a un patrón de juventud.
Si bien se constató que PF4 no logró atravesar la barrera hematoencefálica, su impacto sobre el sistema inmunitario pareció inducir modificaciones en el cerebro, probablemente a través de mecanismos indirectos. Específicamente, los ratones tratados con dosis de PF4 manifestaron reducciones en la inflamación en el hipocampo, una región cerebral particularmente susceptible a los efectos del envejecimiento. Además, se registraron incrementos en la presencia de moléculas vinculadas a la plasticidad sináptica, un proceso crítico en la capacidad de ajustar la fuerza de las conexiones entre las neuronas. Estos cambios se reflejaron en un desempeño superior de los ratones tratados en comparación con los ratones control en pruebas cognitivas que evaluaron la memoria espacial y la resolución de laberintos.
Este estudio contribuye a la comprensión de cómo componentes específicos de la sangre pueden influir en el proceso de envejecimiento cerebral. Los hallazgos sugieren que la proteína PF4 posee la capacidad de desencadenar una serie de efectos beneficiosos en el sistema inmunitario y, de manera indirecta, en la función cerebral de ratones envejecidos. Aunque quedan interrogantes por abordar, estos resultados establecen una base prometedora para futuras investigaciones que podrían eventualmente conducir al desarrollo de enfoques terapéuticos para abordar trastornos cognitivos relacionados con la edad en humanos.
La investigación de hoy es la terapia del futuro.