¿Sabías que tu nivel de educación puede influir en tu salud cardiovascular?
Así lo sugiere un estudio publicado en la revista JAMA Cardiology, que analizó la relación entre el grado de formación académica y el riesgo de sufrir enfermedades del corazón o de los vasos sanguíneos a lo largo de la vida.
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en el mundo, y se deben a diversos factores de riesgo, como la hipertensión, el colesterol, el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo o la diabetes. Sin embargo, también existen otros factores sociales que pueden afectar a la salud del corazón, como el nivel de ingresos, el acceso a la atención sanitaria, el estrés o la educación.
La educación es un determinante social de la salud que refleja el grado de conocimientos, habilidades y oportunidades que tiene una persona para desarrollarse en la sociedad. La educación puede influir en la salud cardiovascular de varias formas:
- Mejorando el acceso a la información y a los recursos para prevenir y tratar las ECV.
- Favoreciendo hábitos de vida saludables, como una alimentación equilibrada, la actividad física o el abandono del tabaco.
- Aumentando la autoestima y la confianza, que pueden mejorar la calidad de vida y el bienestar emocional.
Para comprobar la asociación entre la educación y el riesgo de ECV, los investigadores utilizaron los datos de más de 40.000 personas de entre 40 y 79 años que participaron en seis estudios de cohortes realizados en Estados Unidos entre 1985 y 2015. Los participantes no tenían ECV al inicio del estudio y se les clasificó según su nivel de educación: menos de secundaria, secundaria completa, algún curso universitario o graduado universitario. Se les hizo un seguimiento durante un promedio de 17 años, en los que se registraron los eventos cardiovasculares que sufrieron, como infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular, muerte por ECV o cualquier combinación de estos.
Los resultados mostraron que el nivel de educación estaba significativamente asociado con el riesgo de ECV a lo largo de la vida. Las personas con menor nivel de educación tenían un riesgo mayor de sufrir un evento cardiovascular que las que tenían un nivel más alto. Por ejemplo, entre los hombres de 45 años, el riesgo de tener un evento cardiovascular antes de los 85 años era del 59% para los que tenían menos de secundaria, del 52% para los que tenían secundaria completa, del 50% para los que tenían algún curso universitario y del 42% para los que eran graduados universitarios. Entre las mujeres de la misma edad, el riesgo era del 51%, 46%, 43% y 36%, respectivamente.
Además, las personas con menor nivel de educación vivían menos años y una mayor proporción de su vida con ECV que las que tenían un nivel más alto. Por ejemplo, entre los hombres de 45 años, los que tenían menos de secundaria vivían un promedio de 29,6 años sin ECV y 6,4 años con ECV, mientras que los que eran graduados universitarios vivían 34,9 años sin ECV y 3,6 años con ECV. Entre las mujeres de la misma edad, los años vividos sin ECV y con ECV eran 32,9 y 7,2 para las que tenían menos de secundaria, y 38,8 y 4,3 para las que eran graduadas universitarias.
Estos hallazgos sugieren que la educación tiene un impacto duradero en la salud cardiovascular, y que mejorar el acceso y la calidad de la educación puede ser una estrategia eficaz para prevenir y reducir las ECV. Invertir en educación no solo beneficia el desarrollo personal y profesional de las personas, sino también su salud y su calidad de vida.
Los autores del estudio recomiendan que se tengan en cuenta los niveles de educación a la hora de evaluar el riesgo cardiovascular de las personas y de diseñar intervenciones para mejorar su salud. Asimismo, destacan la necesidad de seguir investigando los mecanismos por los que la educación se relaciona con las ECV y de explorar otras variables sociales que puedan influir en esta asociación.
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