Dieta baja en carbohidratos y salud cardiovascular.

La diabetes tipo 2 es una afección de salud que se caracteriza por niveles elevados de azúcar en la sangre, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Una estrategia para controlar estos niveles es adoptar una dieta baja en carbohidratos, ya que los carbohidratos tienen un gran impacto en los niveles de glucosa. Sin embargo, surgen interrogantes sobre si esta dieta, que a menudo implica un mayor consumo de grasas, podría tener efectos negativos en la salud de los vasos sanguíneos y la inflamación, factores clave relacionados con enfermedades cardíacas.

Con el propósito de abordar este interrogante, se llevó a cabo un estudio (publicado en Cardiovascular Diabetology) que dividió a 71 personas con diabetes tipo 2 en dos grupos. Uno siguió una dieta baja en carbohidratos, con menos del 20% de las calorías totales provenientes de carbohidratos y un alto contenido de grasas (50-60% de las calorías totales). El otro grupo siguió una dieta de control, con un contenido moderado de carbohidratos (50-60% de las calorías totales) y bajos niveles de grasas (20-30% de las calorías totales). Ambos grupos tenían la misma cantidad de proteínas (15-20% de las calorías totales) y no tenían restricciones calóricas. Estas dietas se mantuvieron durante seis meses.

Para evaluar el impacto de estas dietas en la salud de los vasos sanguíneos, se realizaron pruebas de vasodilatación en la arteria braquial mediante ecografía. La vasodilatación es la capacidad de los vasos sanguíneos para expandirse cuando aumenta el flujo de sangre, lo que refleja la salud del revestimiento interno de las arterias, llamado endotelio, y la función del músculo liso vascular. Ambas mediciones son indicadores clave de la salud vascular y están vinculadas al riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, se midieron los niveles en sangre de proteína C reactiva de alta sensibilidad (hsCRP) e interleucina-6 (IL-6), que son marcadores inflamatorios relacionados con enfermedades cardíacas.

Los resultados del estudio revelaron que ninguna de las dos dietas afectó negativamente la función de los vasos sanguíneos después de seis meses. No se observaron diferencias significativas en la vasodilatación, tanto la mediada por flujo como la inducida por nitroglicerina, entre los dos grupos. Esto sugiere que una dieta baja en carbohidratos y alta en grasas no tiene un impacto adverso en la función endotelial y del músculo liso vascular en personas con diabetes tipo 2.

Además, los niveles de hsCRP e IL-6 disminuyeron solo en respuesta a la dieta baja en carbohidratos. Sin embargo, al comparar estos cambios con la dieta de control, la dieta baja en carbohidratos no redujo significativamente los niveles de IL-6 ni hsCRP. Esto indica que la dieta baja en carbohidratos y alta en grasas no tiene un efecto antiinflamatorio claro en personas con diabetes tipo 2. La falta de cambios en la función de los vasos sanguíneos y en los marcadores de inflamación se mantuvo incluso después de considerar otros factores de riesgo cardiovascular.

Este estudio concluye que seguir una dieta baja en carbohidratos y alta en grasas durante seis meses no tiene efectos adversos en la función de los vasos sanguíneos ni en los marcadores de inflamación en personas con diabetes tipo 2. De tal manera, se sugiere que esta estrategia alimentaria no agrava el riesgo de enfermedades cardiovasculares en esta población y surge como un enfoque efectivo para el control de los niveles de glucosa en la circulación sanguínea.

La investigación de hoy es la terapia del futuro.

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