La demencia es una enfermedad que nos roba la memoria, el pensamiento y el comportamiento, y que nos hace perder calidad de vida. Según la Organización Mundial de la Salud, hay unos 50 millones de personas con demencia en el mundo, y cada año se suman 10 millones más. Hay muchos factores que pueden influir en que tengamos demencia o no, como la edad, la herencia, el estilo de vida y el entorno en el que vivimos.
Un estudio, publicado en la revista Health Data Science, ha examinado si vivir cerca de las carreteras principales, donde hay mucho tráfico y mucha contaminación, puede afectar a nuestro riesgo de demencia y a nuestro cerebro. El estudio usó los datos de medio millón de personas del Reino Unido, que estuvieron en contacto con los investigadores durante casi 13 años. Los investigadores supieron quiénes tenían demencia gracias a los registros oficiales, y también supieron qué tipo de demencia tenían (Alzheimer, vascular o mixta). Además, hicieron unas pruebas de resonancia magnética, para ver cómo estaban sus cerebros por dentro.
Los investigadores descubrieron que las personas que vivían a menos de 1.000 metros de una carretera principal tenían un 13% a 14% más de posibilidades de tener demencia, que las que vivían a más de 1.000 metros. Y resulta que esto tenía mucho que ver con el aire que respiraban, que estaba muy sucio por culpa del tráfico, sobre todo por dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas finas (PM2.5). Estos contaminantes son muy perjudiciales para el cerebro porque le provocan inflamación, estrés oxidativo, alteración de la barrera hematoencefálica y daño neuronal. El estudio también vio que las personas que vivían cerca de las carreteras tenían los cerebros más pequeños y con menos materia blanca, materia gris y corteza gris periférica, que son partes del cerebro que tienen que ver con el Alzheimer, y que esto también estaba relacionado con el aire sucio.
Estos resultados nos dicen que respirar aire contaminado por el tráfico puede ser una de las causas de la demencia, y hacer que nuestro cerebro se deteriore, incluso antes de que nos demos cuenta de que tenemos la enfermedad. Por eso, es muy importante que hagamos algo para evitar la contaminación del aire y proteger nuestra salud y la de las personas que viven cerca de las carreteras principales. Más allá de las necesarias medidas administrativas, una de las cosas que podemos hacer es poner en nuestras casas y en nuestros trabajos unos aparatos que sirven para limpiar el aire y quitarle las partículas. Estos aparatos tienen filtros de alta eficiencia, que atrapan las partículas más pequeñas, o ionizadores, que crean iones negativos que se pegan a las partículas y las hacen caer. Algunos estudios han demostrado que estos aparatos pueden mejorar el aire que respiramos dentro de los edificios, y también pueden hacer que tengamos menos síntomas respiratorios y alérgicos.
El estudio nos muestra la relación entre vivir cerca de las carreteras principales, respirar aire contaminado y tener demencia, así como los cambios que se producen en nuestro cerebro por esta razón. Estos resultados son muy importantes para la salud pública y para prevenir la demencia, y nos hacen tomar conciencia de la importancia de reducir la contaminación del aire y de usar filtros e ionizadores para mejorar el aire que respiramos.
La investigación de hoy es la terapia del futuro.