Diversos medios de comunicación han etiquetado a un novedoso medicamento como la “vacuna contra el colesterol”, una denominación que resulta imprecisa y propensa a generar confusiones y expectativas desacertadas. Es importante recordar que una vacuna se administra para adiestrar al sistema inmunitario y proteger de enfermedades infecciosas. En contraste, el inclisirán es un tratamiento farmacológico que interviene en la expresión genética. Su propósito no radica en la prevención del colesterol elevado, sino en su reducción una vez que se ha manifestado. Es crucial destacar que su eficacia depende de un seguimiento médico meticuloso y evaluaciones periódicas. Vale la pena señalar que el inclisirán no pretende sustituir prácticas saludables, sino más bien complementarlas de manera significativa.
Por ende, es crucial que los medios de comunicación empleen un lenguaje exacto y preciso al informar sobre asuntos relacionados con la salud, evitando el uso de términos sensacionalistas o engañosos que puedan desorientar o desinformar a la población. El inclisirán es un progreso científico que puede elevar la calidad de vida de numerosos pacientes, pero no constituye una vacuna contra el colesterol.
Aspectos técnicos del medicamento:
El inclisirán es un fármaco de última generación que forma parte de los inhibidores del ARN interferente, conocidos como ARNi. Estos actúan sobre un proceso natural llamado interferencia de ARN, el cual regula la expresión de los genes. Básicamente, el inclisirán, al ser un iRNA sintético, se dirige al ARNm de un gen específico, en este caso, el que codifica la proteína PCSK9. Esta proteína regula los niveles de colesterol en la sangre al afectar los receptores hepáticos del colesterol LDL, conocido como el colesterol “malo”.
Mediante la inhibición de la producción de PCSK9, el inclisirán potencia la cantidad de receptores de colesterol LDL presentes en las células hepáticas, los cuales se encargan de capturar este compuesto del flujo sanguíneo, colaborando así en la disminución de los niveles de colesterol LDL. La administración de este fármaco se lleva a cabo mediante inyecciones subcutáneas, con una periodicidad de 6 meses, con dosis iniciales trascurridos 3 meses. Su prolongada vida media implica que su efecto perdura en el organismo durante un extenso periodo.
El inclisirán puede ser utilizado solo o en combinación con estatinas, que son fármacos que inhiben la producción de colesterol en el hígado. Para aquellos que no pueden tomar estatinas o no logran alcanzar los niveles deseados de colesterol LDL con este fármaco, el inclisirán representa una opción valiosa. En estudios clínicos, el inclisirán ha demostrado reducir el colesterol LDL en más del 50% en pacientes tratados, en comparación con aquellos que recibieron un placebo.
En términos de efectos secundarios, el inclisirán ha mostrado ser seguro y bien tolerado, con reacciones locales leves y temporales en el lugar de la inyección, como dolor, enrojecimiento y picor. Además, no interactúa significativamente con otros medicamentos ni con la dieta. No requiere un control periódico de los niveles de colesterol ni un ajuste de la dosis según el peso o la función renal o hepática. En resumen, el inclisirán representa un avance prometedor en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares asociadas con altos niveles de colesterol, ofreciendo una opción efectiva y conveniente para aquellos que enfrentan dificultades con otras terapias disponibles.
La investigación de hoy es la terapia del futuro.