La falacia de recuperar el sueño los fines de semana.

La privación del sueño, una práctica común entre aquellos que sacrifican las horas de descanso durante la semana con la intención de recuperarlas los fines de semana, ha sido objeto de estudio reciente. Contrariamente a la creencia popular, esta estrategia no parece ser benéfica para la salud, según se revela en una reciente publicación.

La investigación sugiere que la recuperación del sueño los fines de semana no contrarresta los perjuicios que conlleva la privación de sueño en el organismo. La falta de sueño se asocia con un aumento en la ingesta de alimentos, un incremento en el peso corporal y una mayor dificultad para regular los niveles de azúcar en la sangre, factor que podría desencadenar la diabetes tipo 2, una afección de considerable gravedad.

La regulación de los niveles de azúcar en la sangre se lleva a cabo mediante la insulina. Cuando se experimenta privación de sueño, el cuerpo requiere una mayor cantidad de insulina para mantener los niveles de azúcar en equilibrio. En el transcurso del tiempo, esta condición puede llevar a una respuesta deficiente a la insulina y al desarrollo de diabetes tipo 2.

La investigación involucró a 36 individuos jóvenes y saludables, divididos en tres grupos: el primero que gozaba de un sueño adecuado (9 horas por noche), el segundo que experimentaba privación de sueño sin recuperación los fines de semana (5 horas por noche), y el tercero que dormía insuficientemente durante la semana pero compensaba con más horas de sueño los fines de semana (5 horas de lunes a viernes, seguidas de dos días de descanso adecuado, y luego nuevamente dos noches de 5 horas).

A lo largo de 9 noches, los investigadores evaluaron el sueño, el ritmo biológico, los hábitos alimenticios, el peso y los niveles de insulina de los participantes. Los resultados indicaron que la privación de sueño estaba vinculada a un aumento en la ingesta nocturna y al aumento de peso. Además, aquellos que experimentaron falta de sueño mostraron una menor sensibilidad a la insulina.

A pesar de que durante el fin de semana, aquellos que recuperaron el sueño lo hicieron en total 1,1 horas más que al inicio, y redujeron su ingesta nocturna, al volver a la rutina de sueño insuficiente, sus ritmos biológicos se desajustaron, incrementando la ingesta nocturna y el aumento de peso. En resumen, dormir más durante el fin de semana no logró contrarrestar el aumento de peso ni mejorar la sensibilidad a la insulina.

Estos hallazgos subrayan que la recuperación del sueño durante el fin de semana no es eficaz para prevenir los problemas derivados de la privación de sueño. Por el contrario, podría desencadenar desajustes en el ritmo biológico, aumentando el apetito y exacerbando las complicaciones asociadas con la glucosa en la sangre.

Por ende, la clave para preservar la salud radica en establecer un horario de sueño regular que permita cumplir con las horas necesarias cada noche. Según los expertos, los adultos jóvenes (de 18 a 25 años) y adultos (de 26 a 64 años) requieren entre 7 y 9 horas de sueño, mientras que los adultos mayores (de 65 años en adelante) necesitan entre 7 y 8 horas, siempre durante la noche.

Es imperativo recordar que el sueño desempeña un papel crucial en el bienestar físico y mental. Un descanso adecuado contribuye a mantener la alerta, la creatividad y el buen humor. Además, fortalece las defensas, regula la presión arterial, protege el corazón y previene el envejecimiento.
En lo posible, preserva tu salud respetando el ritmo biológico y bríndale a tu cuerpo el descanso que merece.

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